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En primer lugar, sea cual sea la actividad que realicemos, el calzado debe brindar soporte y comodidad a nuestros pies, como así también, debe permitir que el pie transpire para no acumular humedad e incrementar el riesgo de lesiones a causa de esta.
Cuando levantamos pesas, si bien la movilidad de los pies no es excesiva, también debemos tener en cuenta estos factores, pues el pie corre riesgo de resbalarse sobre una máquina mientras hacemos fuerza si la suela del calzado no tiene buen agarre, así como también, si no podemos apoyarnos con naturalidad con nuestros pies, toda la postura del cuerpo puede resultar alterada y con ésta, la realización de ejercicios.
Por otro lado, no podemos llevar un calzado que deje el pie al descubierto, pues en la sala de musculación corremos más riesgo de golpearnos con pesados hierros que pueden lastimarnos. Asimismo, los pies sudarán igual levantando pesas que bailando, por ello necesitan materiales transpirables y que absorban la humedad.
No olvidemos que aunque los pies no se movilicen grandemente como en la carrera, al levantar pesas el calzado también es importante y nuestros pies merecen que prestemos atención a las zapatillas que utilizamos, aun en la sala de musculación.
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