Una serie de investigaciones americanas hizo una interesante prueba de
ocho semanas sobre las adaptaciones musculares en respuesta a tres
diferentes regímenes de entrenamiento de resistencia donde se remarcó la
especificidad de las zonas de entrenamiento con repeticiones máximas;
para las pruebas se reclutaron a 32 hombres no entrenados de 22 a 27
años, de 1,78 mts con una masa corporal de 77,8 dividiéndolos en cuatro
grupos.
El primer grupo entrenó con repeticiones bajas desarrollando entre 3 a 5 repeticiones máximas en 4 series
con 3 minutos de descanso, el segundo grupo entrenó con repeticiones
intermedias desarrollando 9 a 11 repeticiones máximas en 3 series con 2
minutos de descanso, mientras el tercer grupo entrenó con repeticiones
altas desarrollando 20 a 28 repeticiones máximas para 2 series con 1 minuto de descanso y el cuarto grupo fue el de control que no entrenó.
Las rutinas fueron prensa de pierna, sentadillas y extensión de rodilla,
las cuales se hicieron dos días por semana durante las primeras cuatro
semanas, y tres días por semana durante las últimas cuatro semanas;
durante todo el periodo de experimentación antes y después, midiéndose
la fuerza máxima (1 RM), la resistencia muscular local (máximo número de
repeticiones al 60% del 1 RM), y diversos parámetros
cardiorrespiratorios (consumo máximo de oxígeno, ventilación pulmonar,
potencia aeróbica máxima, y tiempo de agotamiento).
Además se midió la formación muscular mediante un biopsia
previa y posterior para observar la composición del tipo de fibra
formada, el área de sección transversal, la cadena de contenido de
miosina y la capilarización.
Los resultados;
- La fuerza máxima mejoro significativamente en el grupo de bajas repeticiones.
- El número máximo de repeticiones al 60% de 1 RM mejoróa para el grupo de altas repeticiones.
- La potencia aeróbica máxima y el tiempo hasta el agotamiento aumentó
significativamente solo para el grupo de altas repeticiones.
- Los principales tipos de fibras (tipos I, IIA,
IIB) hipertrofiados aumentaron solo en los grupos de bajas e
intermedias repeticiones, sin embargo el porcentaje de fibras tipo IIB
disminuyó, con aumento de forma secuencial de las fibras IIaB para los
tres grupos entrenados.
La conclusión sería que aunque los tres regímenes de entrenamiento
resultaron en transformaciones de tipo de fibra similares (IIB a IIA),
los programas de entrenamiento de resistencia con repeticiones bajas e
intermedias inducen a un mayor efecto hipertrófico en comparación con el
régimen de repeticiones altas.
Sin embargo al desarrollar repeticiones altas, el cuerpo se adapta mejor
a las repticiones submáximas, a contracciones prolongadas y con un
aumentio significativo de la potencia y el tiempo de agotamiento
aeróbico; en general, estos datos demuestran que tanto el rendimiento
físico y las adaptaciones fisiológicas asociadas están relacionadas con
la intensidad y el número de repeticiones realizadas.
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