
Estos mediadores interactúan con los receptores celulares del músculo facilitando la entrada de nutrientes, promoviendo la reducción del catabolismo y el aumento de la síntesis proteica, con esa relación positiva acontece el aumento de las fibras musculares. La oferta de carbohidrato aumenta la glucosa e insulina y disminuye la síntesis proteica muscular siendo los carbohidratos ahorradores de proteínas. La combinación de carbohidrato y proteína ayuda en la ganancia de masa muscular sin alterar la grasa corporal.
Para establecer la relación entre el consumo energético y de proteínas con relación al peso, masa muscular, masa adiposa del cuerpo y balance nitrogenado se realizó un estudio con 42 hombres saludables (18-35 años), con dos años de entrenamiento con pesas y sin uso de ergogénicos.
Tras la evaluación del consumo alimentario, antropometría (peso, altura, circunferencias y doblas cutáneas) y cálculos del índice de masa corporal (IMC kg/m2), adiposidad corporal, masa muscular y balance nitrogenado (BN), todos los individuos recibieron dieta con 1,5 g de proteína/kg de peso/día durante las dos primeras semanas, seguida de 2,5 g de proteína/kg de peso/día, por dos semanas más. Las dietas habían sido asociadas al protocolo de entrenamiento con pesas (6 días/semana).
* Los análisis de variabilidad y correlación de Pearson mostraron que el aumento de la ingesta proteica de 1,8 para 2,2g/kg/día tuvo una positiva y significante relación con el balance nitrogenado BN (r=0,61), pero sin aumento significante de la masa muscular.
* La ingesta energética total tuvo buena correlación con BN (r=0,69), peso corporal (r=0,59), masa muscular (r=0,41) y grasa corporal (r=0,34).
Agregando a la ingesta energética, la proteica con 30kcal/g de proteína resultaron en mayores ganancias de la masa muscular y del BN, sin aumento de la grasa corporal. Las proteínas, a diferencia de los carbohidratos y las grasas, no están diseñadas para producir energía, sin embargo cumplen una función estructural.
Entre los sustratos energéticos la ingesta de carbohidratos tuvo correlación fuerte y positiva (BN y masa muscular) negativa (grasas).
Conclusión: la composición corporal alterada por el entrenamiento con pesas puede ser modulada por los componentes energéticos de la dieta en magnitud similar o hasta superior de ingesta proteica.
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