La Glutamina es un aminoácido considerado hoy dia como condicionalmente esencial, en condiciones estresantes y de enfermedad especialmente.
En contraposición, este aminoácido resulta especialmente inútil para el deporte. La teoría en torno a la glutamina es correcta y abundante, pero eso en absoluto quiere decir que la suplementación exógena con este aminoácido resulte beneficiosa, ni tan siquiera que alcance el plasma sanguíneo o el tejido muscular.
Como argumentan las empresas que la venden, la glutamina es el aminoácido más abundante en el plasma y en el músculo donde es sintetizado. También tiene otro destino metabólico: es utilizado como combustible por las células del sistema inmunitario, entre otros. También se comprobó, en pacientes con traumatismos y quemados graves, que la glutamina ejercia un efecto de potenciación inmunitaria y reducía la mortalidad en el caso de los últimos.
Se intentó demostrar que el síndrome del sobreentrenamiento podría ser susceptible de mejora a través de la glutamina, potenciando el sistema inmunitario y favoreciendo la recuperación (Rowbottom et al). Las investigaciones de Parry-Billings en el Centro Médico Olímpico de Londres con 40 atletas de competición, comprobaron como el sobreentrenamiento causaba una bajada de las concentraciones de glutamina en sangre.
Otro estudio interesante halló que la suplementación con grandes cantidades de glutamina en ratas no se traducía sorprendentemente en un aumento de la glutamina plasmática. La razón es que el tejido epitelial del intestino es el principal usuario de la glutamina para su propio alimento, por lo que la administración por via oral no tiene ningún tipo de efecto positivo para el deportista, ya que la glutamina no alcanza el torrente sanguíneo. (Shewchuck et al.)
Que no alcance el torrente sanguineo quiere decir que no puede ser distribuida a los músculos.
Función de la glutamina
La glutamina es el aminoácido mas utilizado en las situaciones de estres. Desempeña un papel principal en el transporte de nitrógeno entre órganos. Nutriente de las células inmunes, regula el balance ácido-base y la síntesis proteica, como sustrato de la neoglucogenesis en estas situaciones. Es además un precursor de la biosintesis de los ácidos nucléicos; liberado en el musculo esquelético, se dirige hacia el hígado y otros órganos y tejidos de replicación aumentada.
Hay un importante consumo de la misma en situaciones de estres y se considera actualmente como un aminoácido esencial en las situaciones críticas. Su aporte por vía enteral determina trofismo del enterocito manteniendo su arquitectura normal. Se ha comprobado que el aporte de glutamina suplementando la nutrición parenteral mantiene la altura de la mucosa digestiva y/o la regenera. En situaciones de estrés el intestino es privado de su aporte favoreciendo su atrofia. Aun no considerándose un inmunomodulador, la glutamina, manteniendo la integridad del intestino permite el funcionamiento inmune no especifico intestinal. En situaciones de estrés la glutamina es el substrato preferido del intestino y “aumenta su capacidad bactericida”
Glutamina y aparato digestivo
La glutamina es el combustible principal para el enterocito y es necesario para el mantenimiento de la estructura del intestino tanto en estado normal como en estado de estrés Diversos estudios realizados en animales de experimentación han mostrado que un suplemento de glutamina previene la atrofia de las vellosidades del intestino y la traslocación bacteriana, condiciones estas asociadas con la nutrición parenteral.
Estabilidad de la glutamina
La adición de L – glutamina como tal a la nutrición artificial ( parenteral o enteral ) presenta problemas de estabilidad. El factor limitante viene representado por la estabilidad fisico-química de dicho aminoácido soluble en agua pero inestable por la hidrólisis del grupo amida, degradándose a ácido pirroglutámico y amonio.
De sus múltiples aplicaciones teóricas, únicamente ha mostrado tener cierta aplicación en la prevención de enfermedades infecciosas en pacientes con enfermedades críticas que reciben NPT.
No se ha podido demostrar su utilidad en el resto de posibles aplicaciones antes mencionadas por lo contradictorio de los resultados de los distintos ensayos.
¿Está justificado su uso en deportistas?
Como hemos dicho, la glutamina es condicionalmente esencial, es decir, necesitamos ingerirla solo en condiciones como el embarazo y situaciones de enfermedades, quemados, etc…
No se ha demostrado de manera tajante su beneficio en personas con una predisposición causal como una enfermedad, en absoluto parece pues que vaya a ser factible que una persona sana pueda necesitarla. La glutamina que necesite el cuerpo, la fabricará el mismo. Por lo tanto su suplementación es tirar el dinero.
Esto no quita, que en un futuro pudiesen encontrarse formas de estabilizar la glutamina y lograr que atraviese la mucosa intestinal, y que a partir de ahí, observariamos si es distribuida al tejido musculoesquelético. Tampoco se ha demostrado de manera clara que la glutamina aumente el sistema inmunitario como argumentan las empresas que venden este producto.
Merece la pena pues, seguir buscando evidencias en las que la glutamina pudiese incrementar la actividad inmunológica en deportistas, de momento los estudios no son demasiado alentadores, aunque hay ciertos estudios (basados en muestras poblacionales muy pequeñas) que muestran beneficio, y otros que no. Desde luego, ninguna ayuda ergogénica ha sido documentada en la que un deportista de cualquier modalidad pudiera beneficiarse de la suplementación con glutamina. No existe ningun estudio en el que ningun tipo de atleta haya mejorado algun registro, fuerza, o aumento de tejido muscular.
Los argumentos esgrimidos por los medios de comunicación afines a la industria, entre los que abundan el incremento de la masa muscular, mayor recuperación, aumento de fuerza… son basados en la más pura invención y tergiversación de los estudios, sin ningún estudio en absoluto que pueda avalar dichas informaciones.
En contraposición, este aminoácido resulta especialmente inútil para el deporte. La teoría en torno a la glutamina es correcta y abundante, pero eso en absoluto quiere decir que la suplementación exógena con este aminoácido resulte beneficiosa, ni tan siquiera que alcance el plasma sanguíneo o el tejido muscular.
Como argumentan las empresas que la venden, la glutamina es el aminoácido más abundante en el plasma y en el músculo donde es sintetizado. También tiene otro destino metabólico: es utilizado como combustible por las células del sistema inmunitario, entre otros. También se comprobó, en pacientes con traumatismos y quemados graves, que la glutamina ejercia un efecto de potenciación inmunitaria y reducía la mortalidad en el caso de los últimos.
Se intentó demostrar que el síndrome del sobreentrenamiento podría ser susceptible de mejora a través de la glutamina, potenciando el sistema inmunitario y favoreciendo la recuperación (Rowbottom et al). Las investigaciones de Parry-Billings en el Centro Médico Olímpico de Londres con 40 atletas de competición, comprobaron como el sobreentrenamiento causaba una bajada de las concentraciones de glutamina en sangre.
Otro estudio interesante halló que la suplementación con grandes cantidades de glutamina en ratas no se traducía sorprendentemente en un aumento de la glutamina plasmática. La razón es que el tejido epitelial del intestino es el principal usuario de la glutamina para su propio alimento, por lo que la administración por via oral no tiene ningún tipo de efecto positivo para el deportista, ya que la glutamina no alcanza el torrente sanguíneo. (Shewchuck et al.)
Que no alcance el torrente sanguineo quiere decir que no puede ser distribuida a los músculos.
Función de la glutamina
La glutamina es el aminoácido mas utilizado en las situaciones de estres. Desempeña un papel principal en el transporte de nitrógeno entre órganos. Nutriente de las células inmunes, regula el balance ácido-base y la síntesis proteica, como sustrato de la neoglucogenesis en estas situaciones. Es además un precursor de la biosintesis de los ácidos nucléicos; liberado en el musculo esquelético, se dirige hacia el hígado y otros órganos y tejidos de replicación aumentada.
Hay un importante consumo de la misma en situaciones de estres y se considera actualmente como un aminoácido esencial en las situaciones críticas. Su aporte por vía enteral determina trofismo del enterocito manteniendo su arquitectura normal. Se ha comprobado que el aporte de glutamina suplementando la nutrición parenteral mantiene la altura de la mucosa digestiva y/o la regenera. En situaciones de estrés el intestino es privado de su aporte favoreciendo su atrofia. Aun no considerándose un inmunomodulador, la glutamina, manteniendo la integridad del intestino permite el funcionamiento inmune no especifico intestinal. En situaciones de estrés la glutamina es el substrato preferido del intestino y “aumenta su capacidad bactericida”
Glutamina y aparato digestivo
La glutamina es el combustible principal para el enterocito y es necesario para el mantenimiento de la estructura del intestino tanto en estado normal como en estado de estrés Diversos estudios realizados en animales de experimentación han mostrado que un suplemento de glutamina previene la atrofia de las vellosidades del intestino y la traslocación bacteriana, condiciones estas asociadas con la nutrición parenteral.
Estabilidad de la glutamina
La adición de L – glutamina como tal a la nutrición artificial ( parenteral o enteral ) presenta problemas de estabilidad. El factor limitante viene representado por la estabilidad fisico-química de dicho aminoácido soluble en agua pero inestable por la hidrólisis del grupo amida, degradándose a ácido pirroglutámico y amonio.
De sus múltiples aplicaciones teóricas, únicamente ha mostrado tener cierta aplicación en la prevención de enfermedades infecciosas en pacientes con enfermedades críticas que reciben NPT.
No se ha podido demostrar su utilidad en el resto de posibles aplicaciones antes mencionadas por lo contradictorio de los resultados de los distintos ensayos.
¿Está justificado su uso en deportistas?
Como hemos dicho, la glutamina es condicionalmente esencial, es decir, necesitamos ingerirla solo en condiciones como el embarazo y situaciones de enfermedades, quemados, etc…
No se ha demostrado de manera tajante su beneficio en personas con una predisposición causal como una enfermedad, en absoluto parece pues que vaya a ser factible que una persona sana pueda necesitarla. La glutamina que necesite el cuerpo, la fabricará el mismo. Por lo tanto su suplementación es tirar el dinero.
Esto no quita, que en un futuro pudiesen encontrarse formas de estabilizar la glutamina y lograr que atraviese la mucosa intestinal, y que a partir de ahí, observariamos si es distribuida al tejido musculoesquelético. Tampoco se ha demostrado de manera clara que la glutamina aumente el sistema inmunitario como argumentan las empresas que venden este producto.
Merece la pena pues, seguir buscando evidencias en las que la glutamina pudiese incrementar la actividad inmunológica en deportistas, de momento los estudios no son demasiado alentadores, aunque hay ciertos estudios (basados en muestras poblacionales muy pequeñas) que muestran beneficio, y otros que no. Desde luego, ninguna ayuda ergogénica ha sido documentada en la que un deportista de cualquier modalidad pudiera beneficiarse de la suplementación con glutamina. No existe ningun estudio en el que ningun tipo de atleta haya mejorado algun registro, fuerza, o aumento de tejido muscular.
Los argumentos esgrimidos por los medios de comunicación afines a la industria, entre los que abundan el incremento de la masa muscular, mayor recuperación, aumento de fuerza… son basados en la más pura invención y tergiversación de los estudios, sin ningún estudio en absoluto que pueda avalar dichas informaciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario