
En la actualidad está de moda la utilización de complementos ricos en proteínas que suelen ser obtenidas a partir de sueros animales, que en la generalidad de los casos no son de alta calidad biológica; esto genera que en lugar de ayudar al cuerpo a crecer, lo pueda contaminar.
Estas proteínas de origen animal están acompañadas de grasas saturadas que aumentan nuestro colesterol y por ende obstruyen las arterias, empeorando la circulación sanguínea.
Por lo que, no confundamos las proteínas que necesitamos y consumimos habitualmente en los alimentos con estos suplementos perjudiciales. El consumo continuado de estos puede producir que los riñones y el hígado se puedan ver afectados, ya que son los que deben eliminar las sustancias de desecho que generan las proteínas como son el amoniaco, la urea y el ácido úrico.
Y como si esto fuera poco, la proteína animal colabora en la formación de cálculos renales, con ella se elimina más calcio que se depura a través de los riñones y se queda acumulado formando piedras.
Via: personaltrainers-es
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