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16 de noviembre de 2010

Culturismo y farmacología

Don R (no es su nombre real), de 41 años, había sido un culturista amateur de élite, habiendo quedado entre los cinco mejores en su categoría de peso en el Campeonato Nacional NPC, pero había tenido algunos problemas de salud. Hace dos años entró en una sala de emergencia de un hospital tras haber sufrido dos semanas con síntomas que incluían dolor abdominal, nauseas, vómitos y dificultad intermitente en recuperar el aliento.

Don le dijo a los doctores que había estado usando esteroides anabólicos hasta un año antes. También reveló que había sido diagnosticado con cardiomiopatía, un daño en el músculo cardíaco, pero que la situación había mejorado. Un examen no mostró nada especialmente alarmante, con la excepción del hecho de tener un corazón muy aumentado; sin embargo, los deportistas se sabe que tienen corazones agrandados, ya que el corazón es un músculo y, como todos los músculos, aumenta de tamaño cuando es estimulado por el ejercicio.

Un año más tarde Don regresó al hospital. Su dificultad para respirar en reposo había aumentado, así como su fatiga. Estos síntomas le habían impedido entrenar durante los cuatro años previos. Antes de eso, Don había entrenado con regularidad durante 23 años. Cuando se le preguntó por los médicos, admitió que había utilizado enantato de testosterona cuatro años antes, inyectando 250 miligramos en sus deltoides cada cinco días durante seis semanas. Antes de los campeonatos había añadido un régimen de varios diuréticos, incluyendo Lasix, Aldactone y un diurético de tiatiza, para perder el exceso de líquidos. Un pariente de Don le dijo a los doctores que Don había subestimado su régimen de esteroides y que también había utilizado el factor de crecimiento insulínico tipo 1, el factor anabólico activo de la hormona del crecimiento.

El padre de Don había sufrido varios ataques al corazón, por lo que era un componente genético probable en su caso. Don había usado varios medicamentos para el corazón y se le había dado un fármaco especial que estimulaba la función cardíaca.

Un examen mostró que el corazón de Don había reducido gravemente su actividad sistólica, o de bombeo, produciendo una cantidad de sangre bombeada que era indicativa de insuficiencia cardiaca. Los doctores le trataron con grandes cantidades de Lasix, que resultó en una mejora drástica en el estado de Don en unos pocos días. Fue dado de alta del hospital equipado con un desfibrilador portátil para prevenir una muerte súbita causada por arritmias cardíacas. Sin embargo, varios días después regresó al hospital mostrando un aumento de peso de 6 kilos, fatiga, retención de líquidos y una falta de aliento grave. Todos esos puntos señalan una insuficiencia cardíaca severa. Fue tratado de nuevo de forma agresiva, mientras que los doctores sugerían que era candidato para un transplante de corazón.

El uso de esteroides anabólicos ha estado ligado a varios tipos de problemas cardíacos, incluyendo ataques al corazón y muerte súbita. Por otro lado, esos casos son relativamente raros considerando el número de personas que se estima que usan de forma regular esteroides anabólicos. La literatura médica muestra que los problemas relacionados con la función cardiaca normalmente se invierten cuando una persona deja de usar los fármacos. Sin embargo, como con otros fármacos, las posibilidades de aumento de complicaciones gravesaumentan al haber tomado grandes dosis durante largos periodos de tiempo. Además, otros fármacos a menudo utilizados por culturistas competitivos – como fármacos para el tiroides, beta 2 agonistas y diuréticos – causan un estrés mucho más inmediato al corazón que los esteroides anabólicos. Casi todos los casos de muerte súbita de culturistas en la literatura médica muestran que un uso excesivo de diuréticos es realmente el culpable, no los esteroides anabólicos.

Basta con levantar grandes pesos pesados durante años para provocar un agrandamiento del corazón. La mayoría de los investigadores coinciden en que ese no es un cambio patológico y es diferente al agrandamiento de corazón provocado por condiciones como hipertensión arterial e insuficiencia cardiaca, en el que un corazón debilitado se agranda para compensar debido a que su función está puesta en peligro. Estudios realizados sobre células cardíacas de animales muestran que altas dosis de esteroides anabólicos hacen que la célula cardíaca se autodestruya.

Estudios estructurales muestran que los esteroides provocan cambios perjudiciales en la mitocondria y en las células de músculo cardíaco como aquellos que se observan en una insuficiencia cardiaca. Los cambios perjudiciales no se deben directamente a esteroides por sí mismos, sino al hecho de que inhiben las enzimas que descomponen la desoxicorticosterona, un mineral corticoide liberado por la glándula suprarrenal que puede conducir a una presión arterial más alta y retención de agua y sodio – todo lo cual puede dañar el corazón.

Los médicos que informaron del caso de Don sugieren que su uso del factor de crecimiento insulínico tipo 1 puede que haya empeorado su condición cardiaca. Eso es paradójico, teniendo en cuenta que el IGF-1 previene muchos de los efectos negativos de los esteroides en el corazón, como la autodestrucción de células cardiacas.

De hecho, el IGF-1 está siendo considerado como un tratamiento para la insuficiencia cardíaca. Por otro lado, el IGF-1 aumenta el tamaño de órganos internos, incluyendo el corazón. Los doctores conjeturan que el uso de dosis altas de esteroides y el IGF-1 puede haber incrementado el aumento del corazón del culturista, pero sin ninguna compensación adicional de la función real del corazón. Después de su primer diagnóstico de insuficiencia cardíaca probable, el culturista continuó con el entrenamiento duro, lo que ejerce una presión a la actividad de bombeo del corazón, algo que puede haber empeorado sus problemas.

Lo cierto es que no hay una relación causa-efecto clara entre el desarrollo de insuficiencia cardíaca y el uso de esteroides anabólicos. Los efectos aislados de regímenes de esteroides en dosis altas sobre las células del corazón proporcionan un escenario proclive a un fallo cardiaco potencial.(1)

Por otro lado, el corazón también se ha demostrado recientemente que tiene más capacidad regenerativa de la que se creía. De hecho, el corazón tiene incluso su propio diurético incorporado, conocido como factor natriurético auricular. La hormona de crecimiento funciona – con una salvedad.

Como he discutido en esta columna en varias ocasiones, los efectos de la hormona del crecimiento sobre la musculación son controvertidos. Cuando los adultos que tienen deficiencia de hormona de crecimiento la reciben, sufren un aumento de masa magra, masa ósea y fuerza y pierden grasa corporal.

No es difícil entender por qué la GH tendría una reputación como potente fármaco anabólico, pero siempre hay un peligro cuando se toman los resultados de personas deficientes o enfermas y se aplican a deportistas jóvenes y saludables. Los estudios que examinaron los resultados de GH proporcionada a deportistas y culturistas jóvenes mostraron muy poco o ningún efecto anabólico. Esos estudios han sido criticados por diversos defectos sugeridos.

Por ejemplo, la dosis de hormona de crecimiento utilizada en algunos estudios no se parecía a lo que suelen tomar los deportistas en la vida real. En otros casos, los sujetos puede que no hayan estado bajo regímenes de GH el tiempo suficiente para producir un aumento significante en fuerza y músculo.

Mientras tanto, otros estudios muestran que el entrenamiento con pesas por sí solo parece producir más efectos anabólicos en una población joven que lo que hace la GH. Entonces, ¿por qué los deportistas continúan utilizando GH? Aparentemente por los escándalos sobre el uso de drogas en varios deportes. Sin duda, hay que hacer algo. Los cierto es que la GH no se ha utilizado nunca sola, sino siempre en combinación con otros fármacos anabolizantes, incluyendo esteroides e insulina. De hecho, la investigación muestra que la GH y los esteroides tienen efectos anabólicos.

Eso también se ha demostrado en estudios con hombres mayores, en los que la combinación de GH y testosterona ha resultado ser un agente anabólico superior a cualquier hormona individual.

Otra aplicación atlética de la GH es a menudo pasada por alto por los medios de comunicación, que caracteriza a la GH como un agente de construcción muscular. La GH estimula potencialmente la producción de colágeno, la principal proteína estructural del tejido conjuntivo. Traducido a la práctica del mundo real, usar GH puede ayudar a fortalecer los tendones y ligamentos y aumentar la velocidad de curación cuando están lesionados. El efecto inducido de la hormona de crecimiento en el tejido conjuntivo excede la capacidad curativa de los esteroides anabólicos.

Muchos culturistas, cuando se les preguntó por qué utilizaban GH, dicen que es una potente hormona quema grasas. En realidad, la GH no es una hormona de quema de grasas, sino que ayuda al cuerpo a utilizar la grasa como fuente de energía por encima de los carbohidratos. Además, la GH potencia los efectos de otras hormonas, como la adrenalina y la noradrenalina, que actúan como movilizadores de grasa.

El único campeonato de Mr. Olympia en el que se realizaron test de dopaje tuvo lugar en Chicago en 1990. Asistí a ese evento y entrevisté a uno de los cinco mejores atletas en el concurso. Le pregunté cómo se las había arreglado para vencer la prueba de drogas que había pillado a otros participantes.

Me dijo a título personal que había dejado de usar esteroides anabólicos unas seis semanas antes del campeonato pero que había estado utilizando GH hasta el día del espectáculo. No había forma de probar el uso de GH y pensó que, mientras que la GH por sí sola no había aumentado más la musculatura de su ya musculoso cuerpo, le había permitido mantener lo que había desarrollado mediante su entrenamiento, dieta y régimen de fármacos.

Le llevó 18 años a la ciencia el constatar el experimento empírico del atleta del Olympia. En el estudio participaron 48 hombres, divididos en un grupo de control y un grupo que usaba una dosis diaria de GH de 0.058 unidades internacionales por kilogramo de peso corporal durante seis días.(2) Eso sí que podría considerarse una dosis alta. Los investigadores tomaron varias medidas y pruebas de hombres, incluyendo el nivel de fuerza, potencia y el consumo máximo de oxígeno.

Hubo un detalle: todos los hombres habían estado recientemente bajo regímenes anabólicos, pero ahora habían dejado de tomar fármacos por completo. En aquellos que habían seguido un régimen de GH a corto plazo, la fuerza, el pico de potencia y los niveles de IGF-1 aumentaron significativamente, mientras que la grasa corporal disminuyó.

Al considerar los resultados del estudio, la pregunta obvia es por qué esos hombres se beneficiaron de tomar GH únicamente durante sólo seis días, cuando la mayoría de los estudios han demostrado casi ningún resultado del uso de GH. Los autores sugieren que los hombres estaban en estado catabólico, caracterizado por bajos niveles de hormonas anabólicas, las cuales trabajaban por debajo del nivel normal debido al reciente uso de esteroides. De hecho, mostraron bajos niveles base de IGF-1, lo que refleja la actividad de la GH en el cuerpo.

La teoría es que después de dejar los esteroides, los hombres pueden haber tenido un aumento de rebote de miostatina, una proteína que previene el crecimiento muscular y que se eleva junto con el cortisol en la mayoría de condiciones catabólicas. La GH inhibe la producción de miostatina y utilizada por los hombres produjo una respuesta anabólica rápida haciendo precisamente eso. En resumen, los sujetos estaban preparados para responder a la GH y eso proporcionó un efecto anabólico drástico en menos de una semana.

Un apartado interesante en este estudio es que los investigadores emplearon un test de dopaje de GH cuyo uso se había propuesto para eventos deportivos; fue administrado 24 horas después de la última inyección. De los 24 hombres, sólo dos no pasaron la prueba de dopaje, lo que sugiere que los métodos de pruebas de GH en deportistas presentan graves deficiencias y explica por qué no hubo una prueba de dopaje de GH en los últimos Juegos Olímpicos – a pesar de las numerosas amenazas de que la habría.

Así que parece que la GH puede ser anabólica en condiciones catabólicas, incluso en deportistas sanos. La pregunta aún sin respuesta es cuánto contribuye la GH a una mezcla que contenga esteroides anabólicos y, quizás, insulina. Los deportistas que utilizan dicha mezcla ciertamente no están en estado catabólico, lo que hace que uno se pregunte si la GH está ayudando en algo.

Por: Jerry Brainum ha sido un investigador en nutrición y periodista durante más de 25 años. Ha trabajado con culturistas y profesionales así como atletas Olímpicos y profesionales. Para conseguir su nuevo e-book, Natural Anabolics-Nutrients, Compounds and Supplements Than Can Accelerate Muscle Growth Without Drugs, visita www.JerryBrainum.com

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