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7 de abril de 2013

El papel de la insulina en el culturismo

Hasta hace poco tiempo, solo se hablaba de la insulina si estábamos hablando de diabetes. Esto se debe a que la insulina es una hormona que lleva la glucosa del riego sanguíneo a las células y la diabetes consiste precisamente en perder la capacidad de regular los niveles de glucosa en sangre. Sin embargo, la insulina es mucho más que una simple hormona que controla la glucosa. Para empezar, es muy anabólica, lo que significa que es esencial para formar tejido muscular.

Pero la insulina también posee un lado oscuro, ya que puede hacer que almacenes más grasas. Así, el reto está en saber cómo aumentar la secreción de insulina, mejorar la recuperación de los entrenamientos, maximizar el proceso de crecimiento y, al mismo tiempo, evitar que se almacenen más grasas.

¿Qué es la insulina?

La insulina es una proteína que se produce y segrega en el páncreas, donde tenemos carbohidratos, proteína o ambos (si el páncreas funciona correctamente). Sin embargo, a diferencia de las proteínas, que actúan como bloques de construcción para los músculos, la insulina es una proteína funcional, como la hormona de crecimiento

Al igual que cualquier otra proteína, la insulina está compuesta por una serie de aminoácidos en cadena. Sin embargo, la forma de su cadena hace que sea un mecanismo de señalización en lugar de un bloque de construcción.

¿Cómo funciona la insulina?

Una vez segregada por el páncreas, la insulina va al riego sanguíneo y llega a diferentes tejidos, como los musculares. Las fibras (o las células) de los músculos están rodeadas de receptores de insulina de forma similar a un puerto de atraque.

Cuando las moléculas de insulina entran en contacto con el receptor ordena a las células musculares que abran su “puertas” para permitir que la glucosa, los aminoácidos y la creatina penetren en los músculos. Este proceso es una de las razones por las cuales la insulina es tan importante en la formación muscular

Es más, cuando la insulina se enlaza con las células musculares, activa una serie de reacciones bioquímicas en el músculo que, a cambio, incrementa la síntesis proteica, (el proceso gracias al cual las fibras musculares se reparan) usando aminoácidos que son absorbidos por las células musculares. La insulina también reduce ladegradación muscular, lo que favorece aún más el crecimiento de los músculos.

Indirectamente, la insulina ayuda a desarrollar los músculos, relajando y dilatando los vasos sanguíneos, para así favorecer el incremento del flujo sanguíneo en los músculos. Gracias a esto último, la insulina consigue que los músculos obtengan más nutrientes, como glucosa y aminoácidos. Esta es la razón de que los culturistas suelan comer solo carbohidratos simples en los días de competición. Este pico de insulina no solo lleva hidratos de carbono directamente a los músculos (para mantenerlos llenos), sino que también estimula la vascularización (un proceso conocido como bombeos).

El papel de la insulina en el almacenamiento de las grasas

Cuando el páncreas segrega insulina, el organismo lo interpreta como una señal de que acaba de ser alimentado. Nuestro cuerpo se encuentra en un estado constante de ahorro de energía, por lo que deja de quemar la grasa corporal y en su lugar recurre a los últimos alimentos que ha recibido. Al mismo tiempo, la insulina empieza a trabajar sobre las células grasas del mismo modo que lo hace sobre las células musculares: ordena a las células grasas que abran sus puertas y comiencen a almacenar nutrientes.

El aumento de la glucosa y de la absorción de las grasas ayuda al organismo a almacenar más grasas, por lo tanto, comienza a guardar más de esta sustancia y a quemarla menos. Teniendo esto en cuenta, es fácil imaginar por qué los picos de insulina maximizan los tejidos adiposos. Esta es también la razón de que se recomiende elegir carbohidratos complejos en lugar de los simples, puesto que estos últimos no pueden elevar tanto la producción de insulina.

Si los receptores de insulina funcionan correctamente, el aumento de los niveles de insulina limpia la mayor parte de la glucosa en sangre al transportarla a los músculos y las células grasas.

Si una persona posee un metabolismo sano de la glucosa, esto reducirá los niveles de glucosa de forma controlada, pero también puede provocar una bajada si su tolerancia a este nutriente es débil o si ha consumido demasiados hidratos de carbono simples de una sola vez.

Un pico de azúcar que deja unos niveles bajos de azúcar en sangre es llamado hipoglucemia. y deja al que lo sufre con sensación de cansancio, como si estuviese sin pilas, algo negativo para el cuerpo y para el bienestar general. De hecho, si sufres un pico en los niveles de energía, te sentirás hambriento, lo que suele derivar en un consumo de alimentos inadecuados. Para la mayoría, esto es lo que ocurre cuando consumimos grandes cantidades de carbohidratos simples, lo que puede provocar otro pico de azúcar.