Se dice que cualquier cosa que hagamos en la vida, ya sea grandioso, mundano o extraño, sólo puede tener dos resultados: que salga bien o mal dependiendo del empeño que pongamos. Da lo mismo si la cuestión es cambiar el aceite del coche, escalar el Everest o salir del urinario con los zapatos secos, pues en todos los casos podemos salir airosos o no.
La solución para que las cosas salgan bien tiene dos vertientes. Obtener el resultado deseado en las tareas diarias, como atarse los zapatos o usar el móvil, no requiere más que prestar atención. Hay que tener cuidado con la maquinaria pesada o con el suelo mojado. Pero cuando se trata de un reto físico a largo plazo, como correr muchos kilómetros para una maratón o pasar horas en el gimnasio para moldear el físico, el ingrediente principal es la motivación. Es decir, constancia, planificación y capacidad para superar los obstáculos.
Sin motivación no es posible conseguir nada de valor y duradero. Muchos hombres pueden construir el ferrocarril con su sudor, pero sólo un visionario apasionado puede ver miles de kilómetros de vía antes de que esté construida. Al igual que esa persona a la que le gusta salir a correr pretende llegar a completar 40 kilómetros o Henry Ford visualizaba el modelo Ts mientras realizaba el prototipo en su jardín, los culturistas tenéis que imaginaros el cuerpo que tendréis y establecer los pasos que os llevarán hasta esa meta. Y sobre todo, necesitáis motivación para no abandonar.
Muchos aspirantes a culturistas fracasan y no es porque sean estúpidos o les falte potencial, sino porque les falta entrega a este deporte. El resultado del entrenamiento es directamente proporcional al esfuerzo en cada sesión. No obstante, no creáis que el gimnasio es el único campo en el que tenéis que esforzaros. Precisamente, muchos escriben su sentencia cuando se centran al 100% en el entrenamiento. No cabe duda de que hay que ser constante con el ejercicio para ganar fuerza. No llegaréis lejos si no ganáis 20 kilos de músculo. No obstante, sin una limentación adecuada y el control del tejido adiposo, no conseguiréis vuestro sueño de tener un cuerpo fuerte, proporcionado y estético. Estará siempre oculto tras la capa de grasa que permitís que cubra los músculos obtenidos gracias a miles de repeticiones.
Sin motivación no es posible conseguir nada de valor y duradero. Muchos hombres pueden construir el ferrocarril con su sudor, pero sólo un visionario apasionado puede ver miles de kilómetros de vía antes de que esté construida. Al igual que esa persona a la que le gusta salir a correr pretende llegar a completar 40 kilómetros o Henry Ford visualizaba el modelo Ts mientras realizaba el prototipo en su jardín, los culturistas tenéis que imaginaros el cuerpo que tendréis y establecer los pasos que os llevarán hasta esa meta. Y sobre todo, necesitáis motivación para no abandonar.
Muchos aspirantes a culturistas fracasan y no es porque sean estúpidos o les falte potencial, sino porque les falta entrega a este deporte. El resultado del entrenamiento es directamente proporcional al esfuerzo en cada sesión. No obstante, no creáis que el gimnasio es el único campo en el que tenéis que esforzaros. Precisamente, muchos escriben su sentencia cuando se centran al 100% en el entrenamiento. No cabe duda de que hay que ser constante con el ejercicio para ganar fuerza. No llegaréis lejos si no ganáis 20 kilos de músculo. No obstante, sin una limentación adecuada y el control del tejido adiposo, no conseguiréis vuestro sueño de tener un cuerpo fuerte, proporcionado y estético. Estará siempre oculto tras la capa de grasa que permitís que cubra los músculos obtenidos gracias a miles de repeticiones.
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