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19 de febrero de 2009

Crecimiento Muscular como conseguirlo y mantenerlo

¿Por qué un cultunsta parece un culturista?

Podemos poner a un jugador de baloncesto la misma dieta que a un culturista, y no parecerá un culturista. Un corredor de larga distancia puede comer lo mismo que Lee Labrada pero no se parecerá en nada a él. ¿Qué es entonces lo que convierte en muscular a un culturista?
La respuesta es obvia: la estimulación efectiva e intensa del músculo. En otras palabras, la manera única en la que el músculo se estimula para responder es lo que separa al culturista —en cuanto a aspecto— de otros atletas.

Ahora viene la pregunta más difícil: ¿cómo se estimula el músculo de un culturista para que crezca? La respuesta es simple, pero muchas veces la olvidan incluso los más experimentados de los cul-turistas. Y cuando esto sucede la frustración y la falta de progreso puede llegar a resultar abrumadora.

Síndrome de Adaptación General

Nuestros músculos responden al entrenamiento con los mismos mecanismos con que cualquier sistema corporal responde ante una situación de estrés.
El mecanismo se llama Síndrome de Adaptación General (GAS) propuesto primeramente por el científico doctor Hans Selye.
La ¡dea detrás del GAS y su relación con nosotros es muy simple: si le damos al músculo un estímulo al que no está
acostumbrado, pasará por tres estadios de respuesta:

El primer estadio se llama fase de alarma

En la fase de alarma, producida inmediatamente después de la estimulación, las células musculares están trastocadas. Quiero decir, ¿cuándo fue la última vez que hicisteis sentadilla después de un descanso largo o pusisteis 100 kilos más en la prensa? Lo que experimentasteis durante las siguientes 48 horas fue el estado de alarma, trastocamiento de las células musculares, acompañado habitualmente por agujetas. Simplemente, vuestros músculos no estaban acostumbrados a tal estímulo, y se lesionaron ligeramente al intentar responder.
Después de uno o dos días, las agujetas empiezan a desaparecer.

La fase siguiente es la fase de resistencia, en la cual crecemos

Ahí es donde la nutrición juega un papel fundamental ya que nuestros músculos dañados necesitan no sólo repararse sino añadir proteínas musculares, convertirse en más grandes y más fuertes, por si tuvieran que enfrentarse de nuevo ante una situación de estrés y estar preparados para controlarlas sin problemas.
¡Así es cómo crecen nuestros músculos!

Estrés inusual

El proceso general de crecimiento empieza con un estrés inusual ¡la fase de alarma! Ahora sabemos que tenemos que dar a nuestros músculos algo a lo que no están acostumbrados a responder para que puedan adaptarse y crecer.

Aquí está el problema: son demasiados los culturistas que interpretan esto como si tuvieran que utilizar pesos mayores para hacer progresos musculares. ¡De ninguna manera! Estos individuos están dejando a un lado lo más importante y acabarán frustrados cuando:

1) dejen de progresar
2) se lesionen o se sobreentrenan


Recordad que el GAS dicta lo que van a responder nuestros músculos ante un estrés inusual, no ante uno más pesado. Cualquier nuevo estrés (utilizando resistencia) producirá una adaptación positiva en el músculo. En otras palabras, continuaremos progresando si simplemente hacemos una cosa. Cada vez que vayamos al gimnasio, preguntarnos: ¿Qué puedo hacer hoy distinto?

Parece fácil, ¿verdad? Pero, ¿cómo podemos hacerlo? Estamos atados a ciertas rutinas y hábitos de ejercicios, que practicamos de forma particular y según un orden específico. Así nos resulta más fácil. No tenemos que pensar más en ello. Tú y tu compañero os calentáis y pasáis a hacer una rutina determinada que, curiosamente, ¡es siempre la misma!
Muchos de vosotros, hacéis, por ejemplo, pectorales, y empezáis primero con el press de banca y nunca consideráis el hacerlo con mancuernas o con press inclinado.

La clave está aquí: para intentar crecer, creéis erróneamente que la única forma de hacerlo estriba en seguir usando los mismos ejercicios intentando adquirir más fuerza en cada uno de ellos. Dos razones para que esto sea un error: Primero, se pierden todas las demás maneras de proporcionar un estrés inusual. Por ejemplo, ¿cuándo fue la última vez en que cambiasteis vuestro orden particular de hacer los ejercicios, por ejemplo, extensiones de piernas y prensa antes de la sentadilla?

Podría decirse sin equivocarse: ¿Díme cómo entrenas y te diré qué eres?
¿Qué os parece modificar el orden de los grupos musculares que pensáis entrenar ese día? Por supuesto, podéis (y debéis hacerlo ocasionalmente) alterar toda la rutina. ¿Qué os parece usar mancuernas en vez de barra, cables en lugar de mancuernas o incluso aparatos en vez de pesas? Y ¿cuándo fue la última vez que utilizasteis altas repeticiones, como 25 o más?
¿Habéis reducido vuestro tiempo de descanso entre series a menos de 40 segundos? Probadlo.

Os garantizo que os adaptaréis. Las superseries, series gigantes y todas las demás modificaciones del entrenamiento son medios para proporcionaros un estrés inusual, algo al que el músculo no está acostumbrado. Recordad que os dije que había dos razones por las que los culturistas que siguen siempre la misma rutina y están intentando utilizar cada vez más peso se ponen una barrera a su progreso. Y la segunda razón es la más importante.

Estoy convencido de que cuando nos concentramos en una manera única de producir alarma (en este caso, pesos grandes) aparece la tercera fase del GAS. La tercera fase se llama «fase de exhaustación», donde todo se detiene. No sólo se hacen imposibles los progresos musculares, sino que, de hecho, empezamos a perder tejido muscular, pasando al estado catabólico. Lo que quiero decir es que esto se hace muy sencillo para alguien que está siempre intentando utilizar más y más peso como medio de producir ese estrés inusual, hasta que llega a un punto donde el progreso se detiene y la tendencia cambia. A eso lo llamamos sobreentrenamiento. Y no es nada bueno.

Moraleja de esta historia: si queremos entender de verdad cómo responde el músculo al estrés del entrenamiento y crecimiento, tenemos que ser capaces de manipular los agentes estresores y continuar el progreso de crecimiento. Esto se consigue mejor mediante una valoración inteligente de nuestro entrenamiento diario y la forma en que puede ser alterado para proporcionar esa nueva alarma.

Via: musculacion.net

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