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8 de enero de 2010

Cafeina en el fisicoculturismo, una droga aceptada

Identificación química
La cafeína se encuentra en el café, en el chocolate, en ciertos tés y en varios medicamentos como la Cafeaspirina® y el Saridon®.

Composición
La cafeína fue aislada en 1820. Es el principal alcaloide de la Caffea planta típica del café y del Cacahuatl o cacao de cuyos granos se elabora el chocolate.

Con respecto al té suele haber una confusión porque en 1827, al ser aislado su principio activo, recibió el nombre de teína. Años más tarde un análisis molecular permitió descubrir que la teína era en realidad cafeína. Este alcaloide también se encuentra presente en el mate argentino y en la nuez de kola usada para preparar las bebidas de cola.

Formas de adulteración
Ninguna, puesto que los productos que contienen cafeína están sujetos a controles de calidad.

Farmacología

Mecanismo de acción y formas de empleo

La cafeína se consume en múltiples alimentos y bebidas. En usos terapéuticos puede administrarse en forma oral o en inyección intravenosa. Es un estimulante del sistema nervioso central que actúa después de 5 minutos de su ingestión aumentando la actividad cerebral y reduciendo la vigilia.

Usos terapéuticos
La cafeína se vende bajo diversas marcas comerciales (Cafeaspirina®, Saridón®) recomendada para contrarrestar la fatiga, para tratar la migraña y algunos otros tipos de cefalea. En conjunción con analgésicos hace que éstos trabajen mejor. Por su capacidad para estimular la respiración también es recomendada en el tratamiento de la apnea en los recién nacidos y como antídoto para la depresión respiratoria en sobredosis de heroína y otros psicoactivos opiáceos.

Dosificación

Una taza de café puede contener entre 60 y 110 mg de cafeína, una taza de té entre 10 y 90 mg, una de chocolate entre 5 y 40 mg y las bebidas de cola 35 mg. Una barra de chocolate de 50 gramos tiene entre 10 y 60 mg de cafeína. Las píldoras de uso terapéutico contienen entre 30 y 65 mg, mientras que en el mercado negro suelen circular las llamadas “pastas para mantenerse despierto” que llegan a tener entre 100 y 200 mg. La dosis letal de cafeína es de 5,000 mg, el equivalente a 40 tazas cargadas de café consumidas en un periodo excesivamente corto de tiempo.

Efectos psicológicos y fisiológicos
Un director de escuela, cuyo nombre permanece en el anonimato, relata los siguiente:

Al levantarme por la mañana tomo dos tazas de café. Si no las tomo me siento irritable. Si tomo tres tazas me excito un tanto, pero dos tazas son exactamente lo que necesito.

Si tomo café después de las tres de la tarde, no puedo dormir a la hora que me gusta hacerlo, alrededor de las once y media. Si tomo un café después de cenar, aunque sea media taza, me quedo despierto la mitad de la noche. Si tengo algo importante al día siguiente, sobre todo alguna aparición en público, un café tomado al final del día se combina invariablemente con mi nerviosismo y me produce un insomnio descontrolado.

Este insomnio después del café me parece farmacológico. Puedo alcanzar cierto grado de ensoñación y experimental es “estado flotante” -que en mí precede por lo general al sueño-, pero entonces me quedo ahí, no alcanzo nunca la inconsciencia total del sueño... Cuando sé que me espera un largo tramo de conducir por carretera, no bebo café durante dos o tres días anteriores. A lo largo de la noche del viaje bebo café dos veces. Si he estado tomando mucho café durante los días anteriores, perecería que siento menos el efecto estimulante del café nocturno. Es casi una cuestión de “ahorrar” en el café que hubiera consumido en los dos o tres días precedentes, para tomarlo durante la noche que tengo que conducir. Usado de esta manera, el café ha sido siempre una gran ayuda para mí y no me ha fallado nunca. (11)

Consumir entre 75 y 150 mg de cafeína eleva la temperatura, el ritmo respiratorio y el nivel de ácido gástrico en el estómago. Cantidades más altas en el torrente sanguíneo pueden producir ansiedad, irritabilidad, insomnio, sudoración, taquicardia y hasta diarrea.

El uso prolongado de más 650 mg diarios de cafeína, equivalentes a ocho o nueve tazas de café al día pueden ocasionar úlceras gástricas, incremento en el nivel del colesterol, insomnio crónico, ansiedad y depresión permanentes. Este tipo de consumo también parece estar asociado con disfunciones cardíacas y la aparición de ciertos tipos de cáncer asociados a los alquitranes del café.

No se han detectado malformaciones genéticas debido a su uso, sin embargo se sabe que el café puede disminuir la probabilidad de embarazo, aumentar el riego del aborto espontáneo y de bebés con bajo peso.

Potencial de dependencia y tolerancia
Mediante el uso continuo puede ser adquirida una leve tolerancia a la cafeína. Esta droga provoca dependencia física. En la literatura médica se consigna que dosis mayores a los 350 mg diarios de cafeína consumidos durante un mes pueden provocar la aparición de un síndrome de abstinencia, por lo que en usos terapéuticos los médicos recomiendan reducir gradualmente el consumo. El síndrome se manifiesta por irritación, cansancio, depresión y somnolencia. No es grave y desaparece en pocos días.

La costumbre de beber varias tazas de café al día no puede ser inocua o al menos no puede ser más dañina para la mente y el cuerpo que administrarse su equivalente en cocaína o anfetamina. "Diez tazas al día, por ejemplo, representan un gramo y medio de cafeína, que en efecto estimulante equivalen a 150 mg de cocaína y a unos 15 de metanfetamina." (6)

Lo que no aclara es que estas diez tazas de café deben ser consumidas en un lapso muy breve de tiempo para alcanzar las concentraciones sanguíneas necesarias para producir el mismo efecto que los otros psicoactivos mencionados.

¿Qué hacer en caso de emergencia?

La intoxicaciones fatales con cafeína son raras. Grandes dosis, especialmente cuando son consumidas por sujetos no habituados o sensibles, pueden producir dolores de cabeza, taquicardia, convulsiones y eventualmente delirios. Una crisis cercana a la dosis letal debe considerarse como urgencia médica ya que tiene manifestaciones similares a las de un diabético privado de insulina que ocasionan altos niveles de azúcar en la sangre.

Régimen legal actual

La cafeína es un psicoactivo legal sin restricción alguna sobre la edad del consumidor. De venta libre aún en los preparados terapéuticos que no requieren receta médica para su compra.
El café como escenario subversivo en Europa. Si bien en sus inicios la costumbre de tomar café fue condenada por la ortodoxia islámica, posteriormente llegó a considerarse como algo providencial para rezar sin caer en somnolencia y como un excelente sustituto de las bebidas alcohólicas.

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