Éste es el quid de la cuestión. Podéis juguetear con todos los cálculos y proporciones de macronutrientes que queráis. Podéis perfilar meticulosamente un plan nutricional y contabilizar hasta la última caloría. Podéis medir, racionar y contar, convirtiendo cada comida más en una operación matemática que en nutrición. No obstante, el culturista y powerlifter Johnnie Jackson utiliza una filosofía mucho más sencilla fuera de temporada: “Simplemente, como”.
Pese a que este sistema puede parecer merecedor de la excomunión de la iglesia del hierro, donde los cuerpos son juzgados por una estética estricta, tiene mucho sentido si tenéis en cuenta vuestros objetivos. Fuera de temporada, deseáis un cuerpo fuerte, no un físico definido y recortado. Queréis un cuerpo masivo, no detallado. Por consiguiente, los grandes músculos son el resultado de mover mucho peso. Sin embargo, si queréis mover mucha carga, despertaréis vuestro apetito, aunque no será necesario un cálculo extremo. Al seguir unas pocas directrices generales, podéis obtener el combustible necesario para la sesión y crear un ambiente propicio para el aumento de fuerza.
“Fuera de temporada, no cuento las calorías”, comenta Johnnie, que se adhiere a un régimen de entrenamiento que se parece más a la rutina de un culturista de fuerza que a un culturista de competición. “Sé que esto es un pecado en el mundo del culturismo, pero necesitáis la cantidad suficiente de combustible para llevar a cabo el entrenamiento con mucho peso. Además, podéis determinar de manera rápida si os encontráis en un estado de déficit calórico”. ¿Cómo? Desgraciadamente, probablemente lo descubriréis cuando la barra se quede estancada en vuestro pecho. “Tenéis que ser constantes y consumir los alimentos que provoquen el aumento de fuerza con el tiempo”, explica Johnnie. “Este esquema duro está diseñado para que aumentéis la fuerza lo antes posible”. A continuación recogemos los consejos seguros para alimentaros y ganar una fuerza máxima.
Algunos atletas profesionales abogan por dietas extremas, es decir, por planes nutricionales en los que ingieren hasta 7.000 calorías diarias. En cambio, si sus sesiones no se corresponden con esta ingesta enorme, tendrán que realizar un trabajo adicional para deshacerse del exceso de grasa en precompetición. Por otro lado, otros ingieren todo lo que tienen a la vista, un sistema que es la perdición para la grasa corporal. Johnnie prefiere consumir el máximo número de calorías de calidad posible en cada comida. “Consumo alimentos que mi cuerpo pueda utilizar”, explica, pero Johnnie sugiere que os olvidaréis de las preocupaciones en el físico si queréis verdaderamente ganar fuerza.
“Cuando mueves peso y ganas fuerza, necesitas el máximo número de calorías para conseguir mover cargas extremas”, comenta. “Si deseas ganar fuerza, tienes que olvidarte de la definición. Ambos objetivos son incompatibles. Unos pocos atletas logran un aspecto espléndido al tiempo que ganan fuerza, pero en general no os tenéis que preocupar de conseguir ambas”.
Pese a que este sistema puede parecer merecedor de la excomunión de la iglesia del hierro, donde los cuerpos son juzgados por una estética estricta, tiene mucho sentido si tenéis en cuenta vuestros objetivos. Fuera de temporada, deseáis un cuerpo fuerte, no un físico definido y recortado. Queréis un cuerpo masivo, no detallado. Por consiguiente, los grandes músculos son el resultado de mover mucho peso. Sin embargo, si queréis mover mucha carga, despertaréis vuestro apetito, aunque no será necesario un cálculo extremo. Al seguir unas pocas directrices generales, podéis obtener el combustible necesario para la sesión y crear un ambiente propicio para el aumento de fuerza.
“Fuera de temporada, no cuento las calorías”, comenta Johnnie, que se adhiere a un régimen de entrenamiento que se parece más a la rutina de un culturista de fuerza que a un culturista de competición. “Sé que esto es un pecado en el mundo del culturismo, pero necesitáis la cantidad suficiente de combustible para llevar a cabo el entrenamiento con mucho peso. Además, podéis determinar de manera rápida si os encontráis en un estado de déficit calórico”. ¿Cómo? Desgraciadamente, probablemente lo descubriréis cuando la barra se quede estancada en vuestro pecho. “Tenéis que ser constantes y consumir los alimentos que provoquen el aumento de fuerza con el tiempo”, explica Johnnie. “Este esquema duro está diseñado para que aumentéis la fuerza lo antes posible”. A continuación recogemos los consejos seguros para alimentaros y ganar una fuerza máxima.
Algunos atletas profesionales abogan por dietas extremas, es decir, por planes nutricionales en los que ingieren hasta 7.000 calorías diarias. En cambio, si sus sesiones no se corresponden con esta ingesta enorme, tendrán que realizar un trabajo adicional para deshacerse del exceso de grasa en precompetición. Por otro lado, otros ingieren todo lo que tienen a la vista, un sistema que es la perdición para la grasa corporal. Johnnie prefiere consumir el máximo número de calorías de calidad posible en cada comida. “Consumo alimentos que mi cuerpo pueda utilizar”, explica, pero Johnnie sugiere que os olvidaréis de las preocupaciones en el físico si queréis verdaderamente ganar fuerza.
“Cuando mueves peso y ganas fuerza, necesitas el máximo número de calorías para conseguir mover cargas extremas”, comenta. “Si deseas ganar fuerza, tienes que olvidarte de la definición. Ambos objetivos son incompatibles. Unos pocos atletas logran un aspecto espléndido al tiempo que ganan fuerza, pero en general no os tenéis que preocupar de conseguir ambas”.
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