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10 de julio de 2013

Fisicoculturismo: El efecto anabólico del ajo

El polvo de ajo potencia la producción de testosterona y reduce la producción de cortisol. Este hallazgo fue efectuado por investigadores de la Universidad Kobe y la compañía farmacéutica Riken, de Japón. Las ratas que recibieron polvo de ajo en sus alimentos retuvieron más proteína.

No es la primera vez que estos investigadores estudiaban los efectos farmacológicos del ajo. A finales de los noventa publicaron un artículo sobre la capacidad del ajo para descomponer la grasa. Esto es debido a que el ajo potencia la producción de noradrenalina [J Nutr. 1999 Feb; 129(2): 336-42.]. En esta ocasión, sin embargo, los investigadores estaban examinando los efectos anabólicos del ajo.

Los japoneses experimentaron con tres grupos de ratas; cada grupo recibió comida que difería en un solo aspecto: la cantidad de proteína. El alimento de las ratas consistía en un 40, 20 o 10% de proteína.

Los investigadores entonces dividieron cada grupo dietético en dos subgrupos. Uno recibió comida ordinaria que contenía 10, 20 o 40% de proteína; la comida de los otros subgrupos contenía además polvo de ajo. Cada kilo de alimento contenía 8gr de polvo de ajo. Y un gramo de ese polvo contenía cinco miligramos de dialisulfidos.

Las ratas fueron alimentadas durante 28 días, después de los cuales los investigadores registraron la cantidad de nitrógeno (es decir, proteína) que las ratas habían retenido.

Descubrieron que el ajo no tenía efecto en las ratas que habían recibido cantidades pequeñas o moderadas de proteína. Pero en el grupo que tuvo la mayor ingesta proteica, el balance de nitrógeno fue mayor en el grupo del ajo.

La concentración de corticosterona fue menor en la sangre de las ratas que tomaron ajo, como se muestra debajo. La gráfica inferior muestra además la cantidad de testosterona hallada en los testículos de las ratas. Cuanto mayor era la ingesta de proteína, mayor la producción de testosterona –en las ratas que comieron ajo.

Los japoneses piensan que la elevación de la testosterona guarda relación con la hormona mensajera LH. Basan su suposición en un experimento en el que inyectaron dialidisulfido –el principio activo del ajo- en ratas y midieron la producción de LH. La producción aumentó. Cuanto más dialisulfido recibían las ratas, más aumentaba su nivel de LH.

Las dosis indicadas en la tabla son interesantes. Las cifras de la izquierda muestran el número de milimoles por litro de fluido inyectado. Las ratas recibieron sólo un mililitro. Si los postulados de los japoneses son ciertos, entonces el dialidisulfido es farmacológicamente interesante.